El actuario inquieto
07.10.2025

Zain, como cualquier actuario, pasa sus días analizando riesgos, calculando probabilidades y asegurándose de que las cifras cuadran. Su trabajo requiere un alto nivel de concentración y precisión. A menudo, las horas frente a la pantalla y la presión de los plazos le dejan poco tiempo para relajarse.
Un día descubrió los mandokus. Al principio lo consideró simplemente como un simple pasatiempo, pero pronto descubrió que le ofrecían mas que eso, un respiro creativo. Zain encontró un refugio de desconexión y paz en medio de su agitado ritmo de vida.